Los signos de puntuación se usan
en los textos escritos para intentar reproducir la entonación del
lenguaje oral (pausas, matices de voz, gestos, cambios de tono, etc.)
con objeto de interpretar y comprender correctamente el mensaje escrito.
Los
signos de puntuación, por lo tanto, nos permiten expresarnos con
claridad y evitar interpretaciones diferentes del mismo texto.
Por ejemplo, el sentido de la siguiente frase:
- Perdón imposible, que cumpla su condena.
- Perdón, imposible que cumpla su condena.
- No, es verdad.
- No es verdad.
- El maestro dijo: "Javier es un burro".
- El maestro -dijo Javier- es un burro.
- Perdón imposible, que cumpla su condena.
- Perdón, imposible que cumpla su condena
En el siguiente ejemplo una coma vale mucho:
Se cuenta que un señor, por ignorancia o malicia, dejó al morir
el siguiente testamento sin signos de puntuación: "Dejo mis bienes a mi
sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al
sastre nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi
deseo".
El
juez encargado de resolver el testamento reunió a los posibles
herederos, es decir, al sobrino Juan, al hermano Luis, al sastre y a los
jesuitas y les entregó una copia del confuso testamento con objeto de
que le ayudaran a resolver el dilema.
Al día siguiente cada heredero aportó al juez una copia del testamento con signos de puntuación.
-
Juan, el sobrino: "Dejo mis bienes a mi sobrino Juan. No a mi hermano
Luis. Tampoco, jamás, se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún
modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo".
-
Luis, el hermano: "¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¡A mi
hermano Luis! Tampoco, jamás, se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de
ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo".
-
El sastre: "¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis?
Tampoco, jamás. Se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo,
para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo".
-
Los jesuitas: "¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano
Luis? Tampoco, jamás. ¿Se pagará la cuenta al sastre? Nunca, de ningún
modo. Para los jesuitas todo. Lo dicho es mi deseo".
-
El juez todavía pudo añadir otra interpretación: "¿Dejo mis bienes a
mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco. Jamás se pagará la
cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo
dicho es mi deseo".
Así
que el señor juez, ante la imposibilidad de nombrar heredero, tomó la
siguiente decisión: "... por lo que no resultando herederos para esta
herencia, yo, el Juez me incauto de ella en nombre del Estado y sin más
que tratar queda terminado el asunto".
NO DEJES QUE OTROS INTERPRETEN TUS IDEAS COMO ELLOS QUIERAN SINO COMO TÚ LO PENSASTE.
AL ESCRIBIR, PROCURA USAR LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN CORRECTAMENTE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario